El poeta Cristian Belmar Gallardo recibe de manos de Theodoro Elssaca un galardón conmemorativo por el Premio Ediciones IberoAmericana, que consiste en la Publicación de la obra del autor galardonado.
Por Juan Carlos Diez, desde Quito, Ecuador, para “La Voz Internacional de New York
El recién inaugurado Premio Ediciones IberoAmericana 2025, que consiste en la publicación de la obra de un autor, ha sido concebido para apoyar y promover a los autores nacionales, con especial énfasis en regiones. La edición cuenta con elaborado diseño de portadas en cuatricomía CMYK, con amplias solapas, extensiones de la portada en la cubierta delantera y trasera, separador de capítulos con diseño gráfico de arte interno, couché 300 gramos, papel ahuesado y la impresión de 200 ejemplares.
Para la edición del Premio Ediciones IberoAmericana 2026, el Directorio encabezado por el renombrado poeta Theodoro Elssaca, ha considerado crear una versión internacional de este reconocimiento.
El premio versión 2025, ha recaído en el poeta chileno Cristián Belmar Gallardo: Un Viaje lírico al Valparaíso profundo. Con 38 años de trayectoria poética, este es su primer libro publicado. El reconocido autor porteño sorprende a la escena literaria con la primera publicación de su trabajo bajo el sello Ediciones IberoAmericana. Este esperado debut marca un hito en su trayectoria, y también ofrece a los lectores una inmersión profunda en el estilo inconfundible de Belmar, caracterizado por su canto a Valparaíso, un nocturno surrealismo vibrante y un despliegue de imágenes caleidoscópicas.

El poeta galardonado dio un completo recital de su poética ante un público expectante.
La obra de Belmar siempre ha estado intrínsecamente ligada a la ciudad de Valparaíso, su puerto y sus cerros. Sus versos no solo describen el paisaje, sino que lo habitan, lo sienten y lo transforman en un lienzo donde lo real y lo onírico se entrelazan. Esta profunda conexión con la urbe porteña se manifiesta en cada poema, evocando la atmósfera única de las calles laberínticas y los ascensores centenarios transportando el eco de sus historias.
Pero el alcance de Belmar va más allá de la mera descripción. Su poesía se adentra en el surrealismo, desplegando un universo donde la lógica se difumina y la imaginación toma el control. Las imágenes multiformes que emergen de sus versos son testimonio de esta exploración, transportando al lector a paisajes mentales donde lo familiar se vuelve extraño y lo intangible adquiere forma. Es en este juego de asociaciones inesperadas donde Belmar construye su particular y anochecida visión del mundo, invitando a una lectura que estimula tanto la mente como la emoción.
La singularidad de la propuesta poética de Belmar ha sido reconocida por otros exponentes de la literatura. Partiendo por el mismísimo poeta Theodoro Elssaca, quien ha escrito: “…ha llevado su poética a los rincones más entrañables del puerto, poniendo en relieve su capacidad para evocar emociones y reflexiones populares, resonando en cada corazón de la bohemia porteña…”. Por otro lado, el poeta Emilio Neira ha señalado que Belmar «acude a las matemáticas y la geometría» en su escritura. Esta observación resalta la precisión y la estructura subyacente en la aparente libertad de sus versos, sugiriendo una meticulosa construcción que, lejos de restarle espontaneidad, le otorga una solidez particular. Es como si, en medio del caos surrealista, existiera un orden secreto, una arquitectura poética que solo el ojo entrenado puede discernir.
Por su parte, el también poeta Antonio Watterson ha descrito a Belmar como «un poeta de aguas turbulentas«. Esta metáfora captura a la perfección la esencia de su obra: una poesía que no teme explorar las profundidades, los conflictos y las contradicciones de la existencia humana. Las aguas turbulentas son un reflejo de la complejidad del alma, de la intensidad de las emociones y de la constante búsqueda de sentido en un mundo en constante movimiento. En este sentido, Belmar no solo canta a Valparaíso, sino que también indaga en las mareas internas que nos conforman y nos hacen entrar en contradicción.

Theodoro Elssaca presentando al autor galardonado con el Premio Ediciones IberoAmericana 2025
La publicación de este poemario: La Innombrada Constelación de Valparaíso es, sin duda, un acontecimiento para la poesía chilena. Belmar nos ofrece la oportunidad de reencontrarnos con una voz original y potente, capaz de desafiar las convenciones y de invitarnos a un viaje poético inolvidable. Prepárense para sumergirse en las aguas turbulentas de su imaginación, donde Valparaíso se convierte en un espejo del alma y el anochecido surrealismo, es la brújula que nos guía.
Con esta iniciativa altruista, Ediciones IberoAmericana, dirigida por el poeta y artista visual Theodoro Elssaca, abre la posibilidad para poetas inéditos que muchas veces no cuentan con soporte editorial formal para conseguir su anhelado logro de publicar.
Texto extraído de publicaciones de: Juan Antonio Huesbe y Theodoro Elssaca
A continuación, el galardonado poeta Cristián Belmar ha seleccionado 4 poemas, los cuales se comparten para deleite de todos. Están tomados del libro La innombrada constelación de Valparaíso.

Visión general del evento de premiación al poeta Cristián Belmar
Al alba
La calle comienza a desgastarse más lento que los transeúntes
más rápido el sol embriaga a la porteña urbe
ya ebria de roles
En su microscopio el biólogo detecta una estrella
una ameba el astrónomo en su telescopio captura
quizás mañana será siempre
canta una pequeña más grande que tú
De mañana
energía desacelerándose es la materia
se enfría este universo de flores y raíces
La historia es una plancha de zinc
por donde la memoria se cuela y oxida
La protectora verdad
sobre el huracán del tiempo se deshace
En su microscopio el biólogo detecta una estrella
una ameba el astrónomo en su telescopio captura
quizás mañana será siempre
canta la más grande pequeña
¿Y tú
a qué escala miras?

En los salones de la Fundación IberoAmericana: Cristina Larco, Cristian Belmar, Samia Liddawi y Theodoro Elssaca
Cementerios con balcón
Madre muerte silenciosa ceniza
fuga y cobija de los espíritus libres
hija de ti misma dulce desapego
única cura del imán de la carne
De tu hebra descuelga la respuesta infalible
profunda raíz verdad verdadera
La pretenciosa vida te envidia
pues todo lo que ella cría ¡Tú! lo amas para siempre
Cada ciclo se amamanta de ti tus dedos secan las hojas verdes
nada alcanza tu eterno sosiego cuando en la hoja blanca respiras
Con tu carpeta negra subes cerros nos husmeas
tu falange inscribe nombres sobre lápidas frías
Madre semilla el tiempo te riega
tu sombra es el hambre que te sigue a hurtadillas
chupando el hueso que te pertenece
El ego se parte desbocando a la razón
que te teme y te canta:
«¿OH si el amor no es el juego inexacto más preciado?
¿Oh si la muerte no es tan sólo un flujo
que los que vivos quedan
con morbosidad casi gozan?»
Lázaro
¡Aquí estoy poeta y ráfaga!
tengo demasiados guantes para tocar tu férrea cripta
mis ojos aún no encuentro para llorarte
Es que tengo el defecto de los dioses
las mariposas borrachas los ojos rojos y azules
Por ello te nombro rey sin reino y príncipe sin espada
para que de mí escribas y revientes las semillas
pisotees la seda y bebas de todos los venenos
para que cicatrices con fuego las heridas del agua
En esta tierra intentarán domarte
conocerán de tu cantar el peligro del espejo
¡En esta tierra! donde la verdad huye de noche entre cuchillas
donde los ángeles se enredan en los cables
y el mejor hombre es el que calla
¡Mira allá!
el docto vandalismo el peregrinar de venenosas púas
funerales de liendres y arpegios sin dedos
Te lego mi memoria por Norte un cementerio
brazos por espadas y una voz de ráfaga inalcanzable
Porque tienes demasiado tiempo para seguir entre los muertos
así es qué ¡Levántate!
Iqzaab Cristián maldito hijo ciénaga que perfuma perfúmame
hoy que al darte vida
¡Muero!

Miryam Garrido, Theodoro Elssaca y Taromaro Hayashi sensei, en salón del biombo japonés.
El hambre
El hambre es el corazón del pan
perseguido por mi propio diente
Soy red de niebla
colmillo brisa inesperada e invisible
conciencia de balcón corazón de dique
En el mástil de la carne
las banderas de mi espíritu flamean
Dos huracanes son mis luciérnagas
Desde este cerro sembraré mi lengua
surcaré tu boca cobijaré a quien me lee
y saliva de placer
El hambre es el corazón del pan.