Por Juan Carlos Diez desde Quito, Ecuador
26 de agosto de 2024
Theodoro Elssaca, destacado Escritor, Poeta y Artista Audio Visual chileno, de 66 años de edad y con más de 40 años de trayectoria en Chile y el Extranjero, ha sido recientemente postulado a recibir el Premio Nacional de Literatura 2024.
Elssaca posee numerosos reconocimientos, así como Premios Internacionales y Nacionales y ha publicado más de 20 libros y realizado numerosas exposiciones de fotografía en Chile y Europa.
Además, es Fundador y Presidente de la Fundación Iberoamericana de Artes, Letras y Ciencia –FUNDIB-.
Hablar de Theodoro Elssaca es para sentarse a leer y escuchar muchísimas horas deleitándose de su creación, experiencia e innumerables viajes. Uno de los tantos hechos destacables es que un poema de su autoría llamado Círculo Polar, fue seleccionado por un jurado internacional y viaja en una cápsula a la luna. Pueden ver y escuchar el poema en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=jJQilhGXHxw

A continuación, destacaré algunos de los hechos importantes en la vida del artista y, a través de una serie de preguntas, iremos conociendo su evolución (textos tomados desde su página Web
¿Cómo fue que llegaste a la poesía?
La poesía llegó a través del asombro. La inagotable capacidad de asombro, me abrió puertas insospechadas hacia todo ese mundo que está detrás, lo que he llamado en un ensayo “aquella columna de humo, casi imperceptible, que sostiene al sentido”.
¿Tuviste influencias en tus inicios?
Mis primeros recuerdos, son estar de pie, tras una butaca porque sentado no alcanzaba a visualizar el escenario. Ver teatro y cine fue un alimento altamente poético. Escritores, guionistas, fotógrafos, actores, diseñadores y músicos: hondura de conocimientos que traspasaron por osmosis el umbral del niño que yo era.
¿Existieron referentes que influyeron en tu orientación hacia el arte?
Estudié en el pequeño Colegio Kent, cuyos profesores eran intelectuales españoles que habían llegado exiliados a Chile en el Winnipeg, aquel legendario barco capitaneado por Neruda y Delia del Carril. Tuve de maestro en literatura al valenciano Vicente Mengod, considerado como el literato que más sabía de poesía en Chile, autor de Historia de la literatura chilena. Siempre he honrado a mis maestros, no importa si están vivos o muertos, igual he continuado un diálogo, a veces imaginario, con ellos. Por este motivo uno de mis mejores relatos lo dediqué al enigmático Mengod.

¿Qué siguió después del colegio?
A los diecisiete, antes de estudiar literatura, entré a Ingeniería Civil en Química, supe que en la escuela de la Universidad de Chile existía un Departamento de Humanidades, donde daba un curso Nicanor Parra. En sus clases descubrí a Pezoa Véliz, que Neruda nombró como “el mejor poeta de Chile” y que murió sin publicar ningún libro. También nos guio hacia las obras de William Carlos Williams, Augusto D ́Halmar y Thomas Merton, entre otros. Al culminar la clase, continuábamos dos horas más con Parra en una fuente de soda por calle Ejército, donde se hablaba del Grupo la Mandrágora, en torno a una suculenta cazuela. La apasionante tertulia seguía recordando a su amigo Vicente Huidobro, su volcánico enemigo Pablo de Rokha y la guerrilla literaria que animó varias décadas, para deslizarse indagando sobre Los Runrunistas, el Grupo de los Diez o la Colonia Tolstoyana.
¿Cómo influyeron esos autores en tu proceso?
Ello me impulsó a frecuentar los círculos literarios y fue mi entrada al lenguaje en todas sus posibilidades significativas, eufónicas, plásticas y simbólicas que constituyen hoy mi camino.
¿Cómo sientes tu formación de 8 años en la universidad y más de diez años de especialización en Europa?
Lo siento en cada iniciativa que abordo. En cada palabra que escojo o idea que elaboro, hay detrás un fundamento que sostiene la estructura o disciplina de trabajo que te entrega ese proceso, que continúa cada día de la vida. El que cree que ha llegado, está muerto. Sin humildad es imposible seguir aprendiendo. Gonzalo Rojas me dijo una tarde en el café: “Theodoro, lo peor es el hastío”.

He tenido el privilegio de contar con magníficos maestros. Luego en Alemania, conocí a Octavio Paz. Asistí a clases de Armando Uribe en La Sorbonne de París. Y en Madrid a las conferencias de: Dámaso Alonso, José María Valverde, Benedetti, Adonis, García Márquez, Jorge Amado, Onetti y Rafael Alberti. Sería imposible explicar en breve el background que ha significado el contacto con las obras y sus autores, tanto literarias, musicales o visuales.
¿Qué ha significado la poesía en su vida?
Toda mi vida se ha sustentado en el acontecer poético. Le ha dado sustancia y sentido a cada día. En el Ars Poética (publicado por Ediciones Vitruvio, Madrid) declaro: “Antes de ser parido, ya era poesía”. Desde ese hondo pozo surgió como matemática y música la poesía que sigue fluyendo.
¿Qué le provoca escribir poesía?
Internamente, me provoca una indescriptible fascinación. Se sabe además que la mayor actividad sináptica la produce el acto de la escritura creativa. Es ofrenda y necesidad visceral. Desafío constante que asumo porque de no hacerlo mi filosofía de arte-vida perdería su sentido.
Sabemos que además del reciente Premio Poetas de Otros Mundos, ha recibido otros importantes reconocimientos, como el Premio Mihai Eminescu, por su prosa, durante el Primer Festival Literario de Craiova, en Rumanía. Háblenos de su narrativa.
Estoy dedicando bastante tiempo a la prosa. El nuevo libro se llama Fuego contra hielo, es el fuego creativo, la conversación con alma, la amistad, la lectura fruitiva, el encuentro con el otro, que derrite el hielo deshumanizador de la indiferencia, los témpanos de la muerte.
Son treinta relatos que surgen de mis viajes. Es una prosa poética que aborda historias centradas en Estambul, La Habana, Buenos Aires o Ciudad de México; así también hay otras referidas a Valparaíso, Tunquén, Chiloé o San Pedro de Atacama. El libro lleva una obertura del Dr. Alberto Infante, radicado en Ginebra, que ha llamado “Cuentos de Viajero y de Viajes” y una presentación de Antonio Skármeta, que comienza diciendo “Estos cuentos hacían falta…”.
En los salones del Museo Palacio Vergara de Viña del Mar, entre el 12 de enero y el 11 de febrero de 2024, Theodoro Elssaca, junto al pintor japonés chileno Roberto Hayashi, presentaron la brillante exposición denominada Zenda. Fue una singular muestra donde se entrelazaron los poemas y la pintura.
La exposición mostró quince obras pictóricas que trazaron un recorrido artístico imaginario, reflejado por la naturaleza del gesto corporal que trasciende a través de pinceladas y caligrafías, realizadas con profunda libertad y que están inspiradas en los poéticos Haiku, que transmiten una emoción y revelan una verdad universal en un estilo conciso y simple.
Es Theodoro Elssaca quien aporta los Haiku (poemas de 3 versos y 17 sílabas). Y es Roberto Hayashi quien establece una conexión única entre los Haiku y las interpretaciones visuales de las pinturas. Así, cada pintura, va acompañada de la poesía correspondiente (Haiku).
Según el autor, Haiku es pintar con palabras el instante.
Libros
A continuación, se indica algunos de los principales libros escritos por Elssaca:
- Tribu de la palabra
- Conversaciones
- Huésped del aire
- El espejo humeante-amazonas
- Aramí
- Viento sin memoria
- Haiku del Thanatos
- Fuego contra hielo
- Voces del agua
- Travesía del relámpago
- Celebración del instante, 365+1 Haiku
- Isla de Pascua-Hombre, Arte, Entorno
- Aprender a morir
Hacemos votos para que esta postulación para obtener el Premio Nacional de Literatura 2024 llegue a buen puerto y Theodoro Elssaca sea galardonado por su brillante trayectoria y aporte al arte nacional e internacional.
Para mayor información, pueden seguir al autor en las redes sociales, donde hay una gran cantidad de información destacando toda la trayectoria del artista:
Web: www.fundib.org
Web: www.elssaca.cl
Facebook: Theodoro Elssaca
Instagram: theodoroelssaca
Youtube: Theodoro Elssaca
Spotify: Theodoro Elssaca
También, pueden contactar al artista a través de sus correos electrónicos:
theoelssaca@yahoo.es
presidencia@fundib.org