Saber que tus ojos temerosos se empinan, atentos, sorprendidos, nuevo es el paisaje,
las manos muy frías
aprietan mi tiempo
en cada bolsillo,
se van alejando
la flor y su nido
buscando un tesoro,
que hoy;
me da la impresión
que nunca ha existido.
Expuesta la pena,
se humilla en cautela
el sueño dorado de un mágico sol,
temor y vergüenza
por la diferencia
de cruzar los brazos ante los embates de aquella cultura
que es muy superior.
Tengo que luchar,
le digo a la brisa
que se vuelve espeza
y arrecia mi rostro,
mi nariz se hincha,
me sangra
y me duele,
busco algún lugar, donde pueda hablarme, decirme yo mismo,
esto a de pasar,
puedo dar un grito
que no escuche nadie, puedo hacer de todo, menos si, llorar.
Vitrinas que brillan, trenes con cadenas galopantes van,
suenan sus tristezas sobre largas rieles,
sus puerta se abren, tropiezan mis hombros con algun hermano
que también helado,
busca su destino
en alguna estación.
Un idioma nuevo,
que nunca comprendo, tengo la esperanza,
que antes de ser viejo, se vallan sumando
en mi boca humilde, algunas palabras
y aquella oración,
que diga el secreto
que mi alma lamenta,
y mi alma bilingue
de gracias a DIOS…
Oscar Nemer Delgado…