Por Arturo Alejandro Muñoz
Pero, antes de ello, tendrán que acudir a sufragar en las “elecciones primarias”, aunque estas se efectuarán solamente para nominar al representante de la coalición centroizquierdista que deberá competir, ya en noviembre próximo, con los candidatos de otras tendencias, principalmente derechistas, por ocupar el ‘sillón de O’Higgins’, ergo, por el cargo de presidente de la república.
El panorama es complejo, y se ha complicado debido a una lucha política que, más allá de las diferencias ideológicas, ha alcanzado ribetes de pelea de barrio, donde las descalificaciones personales, las fake news, las bravuconadas y las amenazas, ensucian y oscurecen el escenario y el panorama. Volveremos a este tema líneas más adelante.
Iniciamos esta nota mencionando las elecciones primarias de la centroizquierda. Ellas se efectuarán el domingo 29 de este mes de junio. Y aquí hay también material para el análisis político, ya que la coalición de centroizquierda (que hoy gobierna el país con el presidente Gabriel Boric acompañado del partido Frente Amplio), no ha logrado cohesionarse lo suficiente para presentar un frente único ante la fuerte oposición derechista debido a significativas diferencias internas en materias económicas, sociales e, incluso, en asuntos internacionales como es hoy el asunto Israel-Irán y las ofertas as Chile para que se integre al BRICS.
En esa coalición hay también fuerte presencia del partido comunista local, cuestión que provoca alarma en las huestes derechistas y bizantinas discusiones en el bloque gobiernista donde el mismo presidente Boric y su gabinete apoyan -y más que sotto voce– a quien fuera ministra del interior, Carolina Tohá. En tanto, tres tiendas partidistas de esa coalición decidieron llevar candidatos propios a las primarias, en la esperanza de obtener el triunfo para obligar al resto de los partidos que la conforman a apoyar al ganador -o ganadora- como candidato(a) único(a) del centroizquierdismo. Esos candidatos son Gonzalo Winter, Jaime Mulet y Jeannette Jara.
El problema radica en que Jeannette Jara, quien fue ministra del trabajo en el gobierno de Boric, es miembro del partido comunista…y según las encuestas de opinión podría derrotar a Carolina Tohá. Por cierto, si ello fuese así, la coalición corre el riesgo de desmembrarse ya que hay sectores que no gustan de ser representados por una persona comunista, agregando a ello que, si se diese ese resultado en las primarias, es más que posible un vuelco de muchos centroizquierdistas votando, ya en noviembre, por el candidato de la derecha.
Y aquí encontramos también problemas dignos de analizar. La derecha ‘histórica’ -que es y ha sido fuerte en el país electoral durante un siglo- nominó a Evelyn Matthei como su candidata única…ah…pero, en los últimos años ha resurgido en Chile una derecha extrema, nacionalista, guiada por un líder que posee exactamente el carisma que gusta a los extremos, José Antonio Kast, admirador del argentino Javier Milei, del brasileño Jair Bolsonaro y, obvio, del presidente estadounidense Donald Trump y del salvadoreño Nayib Bukele. Esa ultraderecha lo ha nominado candidato a la presidencia…
En estos momentos, siempre según las encuestas, Kast se acerca a Evelyn Matthei, lo cual podría terminar con el triunfo de Kast (y no de Matthei) en la elección presidencial del domingo 16 de noviembre 2025. Entonces, podría tener experimentar el país una lucha política de alto voltaje, ya que los extremos parecen ser los sectores con mayores probabilidades de triunfar. Por un lado, el ultranacionalismo de José Antonio Kast versus el comunismo de Jeannette Jara.
Así está el panorama político actual en Chile. Las descalificaciones, amenazas. “guerra sucia” y mentiras y exageraciones son pan de cada día, y no solo entre los adversarios de coalición, sino también al interior de ellas.
Toldo comenzará a despejarse el domingo 29 de junio cuando el oficialismo tenga claro quién será su representante, Tohá, Winter, Mulet, o Jara.
Y entonces, la lucha electoral redoblará sus fuerzas…evocando lamentablemente al período más duro y trágico en la historia política del país…aquel de los años 70 que dividió insanablemente a Chile en dos bandos irreconciliables.