A sus 73 años, tras luchar contra diversas enfermedades, falleció en la capital industrial de Honduras el destacado caricaturista Roberto Ruiz, una figura emblemática del periodismo de opinión. Su capacidad para plasmar con maestría a los personajes y situaciones de la vida nacional lo convirtió en uno de los referentes más importantes del país en este arte. Su legado no solo se refleja en su prolífica obra, sino también en la inspiración que deja para las nuevas generaciones de caricaturistas.
Roberto Ruiz poseía una sensibilidad social única, que lo llevó a no ser indiferente a los problemas que aquejaban al país. Esa combinación de compromiso social y destreza artística lo impulsó a alcanzar reconocimientos internacionales, entre ellos, el Premio Mundial de Caricaturas “Un solo mundo”, otorgado en Duisburgo, Alemania, en 1984. En 1987, fue nuevamente galardonado, esta vez en Italia, por su caricatura titulada “La Guerra Fría”, lo que consolidó su prestigio entre los mejores caricaturistas del mundo. A lo largo de su carrera, expuso su trabajo en diversos países, codeándose con artistas de talla internacional.

Un legado imborrable en los medios de comunicación
El archivo de los diarios donde colaboró, como La Prensa, Tiempo, La Tribuna y El País, guarda una estela de caricaturas críticas que reflejan la realidad política y social del país con un estilo inconfundible. Ruiz inició su carrera motivado por el trabajo de “Mito” Beltrand Anduray, creador del icónico personaje Juan Pueblo, quien inspiró al joven Ruiz a incursionar en el dibujo y el arte. Su primera caricatura fue publicada en La Prensa, y desde entonces, su talento no hizo más que crecer. Sus inicios estuvieron marcados por el ámbito deportivo, especialmente el fútbol, que le sirvió como plataforma para desarrollar su estilo único.
Además de su habilidad para sintetizar grandes ideas en dibujos cargados de significado, Roberto Ruiz será recordado por su emblemático personaje “El Periquito”, que acompañaba sus caricaturas y hacía preguntas incisivas que complementaban su mensaje. En lo personal, quienes lo conocieron destacan su amabilidad, su oído siempre atento a las noticias y su capacidad de captar hasta el más mínimo detalle para trasladarlo con precisión al papel.

Homenajes a un grande
Nacido el 30 de marzo de 1952 en el barrio La Curva de Puerto Cortés, Roberto Ruiz deja un vacío profundo en el mundo de las artes gráficas y el periodismo de opinión. Tras conocerse su fallecimiento, múltiples figuras del ámbito político y artístico expresaron sus condolencias y destacaron su legado. Su colega, el caricaturista Ángel Darío Banegas, lamentó su partida con estas palabras: “Siento mucho el fallecimiento del colega, gran maestro de la caricatura, Roberto Ruiz. Talentoso, como pocos, tesoro de los que Honduras no aprecia en su justa dimensión”. Por su parte, su también colega, Luis Barahona, de GarabatoStudios, señaló: “Honduras perdió un gran talento y valioso ser humano. Su trabajo lleno de detalles mostraba su maestría”.
En redes sociales, el analista político Miguel Cálix Martínez también dejó un emotivo mensaje: *“Roberto Ruiz, caricaturista de trazo fino, realista y profundidad, en imagen y mensajes. Uno de los grandes de la época de oro del periodismo nacional. Premiado internacionalmente y reconocido en el país, nos hizo respetar y apreciar la caricatura de opinión. Vuele alto, Periquito”.
La partida de Roberto Ruiz representa no solo la pérdida de un gran artista, sino también de una voz crítica que supo usar el arte para narrar la realidad hondureña. Su obra y su legado permanecerán como un testimonio de su genialidad y compromiso con el país. El diarismo despide a un gran caricaturista y un extraordinario ser humano.

